18 mayo 2014

Greenpeace España: 30 años en primera línea



Ahí abajo está el Cabo de Gata, me quedo mirando fijamente cómo activistas de Greenpeace se afanan durante horas en pintar de negro un gran edificio junto al mar, hasta que la palabra hotel ilegal se dibuja con nitidez en la fachada. Es El Algarrobico, símbolo de los desmanes urbanísticos en nuestra costa.

Los recuerdos se agolpan. Hace 30 años un día mi mirada se quedó fija en la pantalla del televisor: allí estaban los fundadores de Greenpeace España ¡¡No podía creerlo!! La organización que tanto admiraba se instalaba en nuestro país. Poco podía imaginar que un año después entraría a formar parte de Greenpeace. Y menos aún cuánto iba a marcar mi vida.

Acciones… y mucho más

Portmán, Murcia, 1986. Greenpeace "hizo visible" el vertido tóxico que anegaba la bahía. Años después, esta tubería dejó de verter. Fue una de las acciones destacadas de la campaña. 

Dar soporte a la primera campaña en el Mediterráneo, en el verano de 1986, me ancló a la organización para siempre. Aprendí la complejidad de una campaña, que va mucho más allá de las acciones. Simplificar lo complejo y hacer visibles los problemas, sus causas y sus soluciones requiere mucho trabajo y una buena estrategia.

Soñar lo imposible


Greenpeace siempre tiene entre manos algunos objetivos que parecen imposibles. Proteger el Ártico es, sin duda, uno de ellos. Me encanta esa capacidad de soñar objetivos ambiciosos, transmite a la sociedad el mensaje de que juntos podemos lograr lo imposible.

Ese es el camino que ha llevado a tantos éxitos. Recuerdo especialmente la protección de la Antártida, en 1991, después de una intensa campaña internacional. Sentí la fuerza y la magia de Greenpeace.

Ampliar la mirada para comprender un mundo en cambio

Río de Janeiro, 1992. La Cumbre de la Tierra. El medio ambiente cobraba relevancia a nivel mundial. Greenpeace puso el foco en las empresas multinacionales. En el informe La estrategia de lavado de imagen ponía al descubierto una táctica que entonces comenzaba a hacerse global: las multinacionales se vestían de verde y pregonaban a los cuatro vientos su preocupación por el medio ambiente y el desarrollo sostenible, al tiempo que presionaban para evitar cualquier regulación que pusiera límites a sus actividades.

En aquellos años, Greenpeace amplió su mirada para focalizar mejor las campañas. Los informes El mundo en el que vivimos y El mundo en el que trabajamos establecieron un nuevo marco de referencia: el sistema económico y financiero que se globalizaba, engullía al poder político y convertía todo –personas, trabajo, naturaleza– en mercancía. Hoy lo tenemos delante de los ojos, pero entonces eran minoría quienes miraban de frente a lo que estaba ocurriendo. Greenpeace lo hizo. Y mi visión del mundo cambió.

Volvemos al presente: el Cambio Climático ya está aquí



¡Esta imagen tiene ya dos décadas! Con ella, Greenpeace llamaba la atención sobre el Cambio Climático y los efectos que pronto se harían sentir. Es uno de los temas que he vivido con más frustración, porque con el paso del tiempo lo que entonces se planteaba como una amenaza se ha convertido en una realidad. Los intereses económicos aún nos llevan la delantera... ¡HAY MUCHO POR HACER!