31 enero 2013

Partimos de la Antártida rumbo al Ártico




Mi mirada se quedó fija en ese contorno blanco que me traía tantos recuerdos. Tenía ante mí la versión definitiva de la ilustración que encabezó inicialmente este blog. Pasada la sorpresa inicial, tuve claro que este viaje en globo sólo podía comenzar con la mirada puesta en la Antártida.

El continente helado es el símbolo de lo que la determinación puede lograr. Recordé aquel día de octubre de 1991 en que fuimos testigos de la firma del Protocolo de Madrid. Con aquella firma los países del Tratado Antártico prohibían toda explotación mineral y petrolífera en el continente blanco. Tuve el privilegio de formar parte del equipo de Greenpeace que había trabajado para lograr un objetivo que tan solo tres años atrás parecía que se nos escapaba de las manos, cuando esos mismos países planificaban con entusiasmo el reparto del pastel. ¿Qué ocurrió?

Una intensa campaña internacional, liderada por Greenpeace, marcó el camino con determinación, ilusionó, logró apoyos… y los países fueron cambiando de posición uno tras otro, la palabra explotación se desdibujó e irrumpió otra con fuerza: protección.

Dos décadas después la historia se repite. La tarta a repartir está en el otro extremo del Planeta. Petroleras como Shell, BP, Exxon, Gazprom… quieren perforar el Ártico en busca de petróleo. No solo quedaría sentenciado el Ártico, también el clima del Planeta. Porque si hace 20 años el cambio climático era una amenaza, hoy es una acuciante realidad. No hay que traspasar todas las fronteras en busca de más crudo, hay que eliminar con urgencia la dependencia del petróleo. Y podemos hacerlo.

Veinte años después, ya no trabajo en Greenpeace, pero la organización me sigue pareciendo fascinante; sus ambiciosos objetivos y su determinación, imprescindibles. Por eso os animo a conocer de la mano de Greenpeace lo que está ocurriendo en el frío Norte y a que apoyéis la campaña para salvar el Ártico… y frenar el cambio climático.

www.salvaelartico.org