El cambio climático y la destrucción de la biodiversidad han alcanzado tales dimensiones que ya no queda espacio para el negacionismo. La crisis ambiental se extiende por todo el planeta, provocando destrucción y sufrimiento: grandes incendios, inundaciones, sequías, hambrunas, desplazamiento de poblaciones… Cada desastre ambiental ocasiona, además, cuantiosas pérdidas económicas.